Tras el robo Kyllian
y Cassie decidieron quedar, primero para un café pero debido a la repentina marcha
de la primera quedaron el día siguiente, es decir hoy.
Cassie se encamina
hacia la dirección que le facilitaron ayer. Se detiene frente a una casa blanca al final de la calle, “Bonita casa” piensa. Se detiene a admirarla unos momentos antes de pulsar el pequeño timbre, la estridente
melodía que produce es la señal que espera Kyllian para abrir.
-Hola, hola Cassie-
Dice alegremente. Cassie suelta una gran carcajada al ver el aspecto de su
amiga. Lleva su pelo marrón recogido en un moño, una gafas de buceo cubriendo sus ojos
grises y el resto de la cara cubierta de chocolate fundido al igual que su camiseta
blanca.
-Pasa, ahora te lo
explico.- Suspira. Cassie entra en la casa sin saber lo que se va a encontrar continuación. Por eso no puede evitar sorprenderse cuando ve una casa bien arreglada y dos
adultos roncando en el sofá.
-No hagas ruido, mis
padres duermen.- Susurra Kyllian invitándole a subir. Cassie empieza a pensar que tal
vez habría sido mejor quedar en su casa.
-¡Kikirikí!- Grita
una voz desde el interior de una de las habitaciones.- Kyllian, gallina,
todavía no he acabado contigo.
-Pero si te estoy
ganando.- Responde la chica. Cassie entra en la habitación y… “Oh dios mío!
Este chico tiene todo el derecho del mundo a ir sin camiseta.” Piensa
suspirando. Un joven probablemente de su edad sin camiseta y el torso cubierto
de marrón oscuro, característico del chocolate le hace una cómica reverencia
quitándose las gafas de buceo. Entonces Kyllian aprovecha y le lanza un grumo
de chocolate bien gordo que le da de lleno en la cara y que mancha sus ojos
dorados.
-¡Idiota!- Grita el
chico entre risas. Kyllian se acerca a él e intenta quitar todo lo que puede
con delicadeza.
-Ves, no puedes
hacer nada solito.- Dice. Él infla lo mofletes y hace un gesto de enfado.
-Ian… no te lo tomes
todo a mal.- Pide la chica.
-No me lo tomo a
mal, pero… ¡puedo quitarme esto sin tú ayuda!- Dice.
-¡Pues ya tardas!-
Le apremia metiéndolo en el cuarto de baño de su habitación.
Cassie piensa en la
relación que Kyllian tiene con el chico… Ian. Tal vez sean familia: hermanos,
primos… o novios. Tras llevar a cabo esta última reflexión y barajar las
posibilidades de una relación amorosa… ¿celos?
-Es… ¿tu novio?-
Prueba.
-Ian, ¿mi novio?-
Kyillian ríe. -¡Imposible! No podría, ja, ja, ja, antes muerta que teniendo
algo con él. Es mi mejor amigo. Es como mi hermano.
***
“El drama de mi vida”
Piensa apoyándose en la puerta. ¿Cómo se le va declarar?
Angustiado empieza a
limpiarse la cara. A él ni siquiera le gusta ese juego. Sólo quería que Kyllian
le viera sin camiseta y se diera cuenta de lo que se pierde. No ha funcionado.
Tal vez debería salir con esa tal Julliette, aunque la considere una buscona.
Tal vez así consiga algo…
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