Reseña: Las tejedoras de destinos by Flordeverano

Hola! Al habla Flordeverano, para traeros la reseña de “Las tejedoras de destinos”, un libro del que me esperaba un poco más de lo que he encontrado y que por desgracia no ha pasado del “entretenido”. Aquí os dejo mi reseña:

Título: Las tejedoras de destinos

Autora: Gennifer Albin

Editorial: Alfaguara

Saga: Las tejedoras de destinos #1

Páginas: 432

Publicación: 15/05/2013

Precio: 16,95 €

ISBN: 9788420403878

SINOPSIS: Inútil. Torpe. Las demás chicas lo susurran a sus es­paldas. Pero la joven de dieciséis años Adelice Lewys tiene un secreto: sus er­rores son intencionados.
Dotada de una habilidad fuera de lo común para tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es lo máximo a lo que una joven puede aspirar. Ser hilandera significa privi­legios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absoluta­mente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Así que está decidida a fallar en las pruebas para ser hilandera, pero en su último examen sus dedos resba­lan, el telar reacciona a su don… y la Corporación la identifica. A partir de ese momento, Adelice dejará de tener control sobre su vida y pasará a conver­tirse en un instrumento más de la omnipresente Corporación. Sin embargo, una vez dentro, el poder de Adelice irá creciendo mientras aprende a manejar su don y a decidir en quién confiar, a quién vigilar… y a quién amar.

RESEÑA: De entrada decir, que este libro me tenía fascinada por su preciosa portada (que en real es aún más bonita), pero debido a todos los chascos que me he dado debido a este factor, no sabía muy bien que esperar de esta lectura. Había visto reseñas que lo ponían por los cielos, como otras que decían que era horrible, además yo acababa de leer “Looking for Alaska” y tenía un miedo horrible de llevarme una decepción horrible con este libro. ¿Me ha decepcionado? No ¿Ha superado mis expectativas? Tampoco.

                                                         

                                            ***

En “Las tejedoras de destinos” se nos presenta a Adelice, una adolescente que vive en una sociedad oprimida (tópico) y machista, donde todo está creado por las tejedoras, mujeres que poseen un don especial, que las permite manipular los hilos del tiempo, usando una especie de telares.

Muy pocas chicas poseen este don, que las hace útiles para la Corporación (quién tiene el mando en ese “país”). Y todas desean ser seleccionadas, para así poder disfrutar de los lujos y ventajas que poseen las hilanderas, como preciosos vestidos, el mejor maquillaje, las mejores técnicas de renovación (para que se puedan conservar siempre hermosas y jóvenes)….Pero Adelice es especial, incluso dentro de lo especial, sus dones van un paso más allá de lo habitual; y es que ella tiene la capacidad de manipular el tejido sin usar un telar. Durante dieciséis años sus padres la han estado entrenando en secreto para que falle en las pruebas, pero cuando llega el esperado momento, comete un pequeño desliz y la Corporación la identifica.

Adelice es llevada al Conventri. Donde se dará cuenta de que su sociedad no es tan perfecta como ella cree. En un mundo, donde todo son mentiras, donde un paso en falso puede significar la muerte… ¿cómo decidir en quién confiar? ¿cómo elegir a quien amar?

                                        ***

Lo primero de lo que voy a hablar es de los personajes:

Adelice, es nuestra protagonista, fuerte, decidida e impertinente, esta chica ha conseguido sacarme alguna carcajada. Y es que después de todo lo que he visto a lo largo de mi recorrido por los libros juveniles, me esperaba a alguna joven guapa y sensible, que cayera rendida a los brazos del prota masculino; y Ad no es nada de eso.

Desde el principio ella lo único que quiere es escapar del Conventri, y no se dejará seducir en  ningún momento por todos los lujos que le ofrece la Corporación.

Sin duda me han encantado las conversaciones que protagonizaba con el resto de los personajes, ya que nunca se esfuerza en ocultar lo que piensa:

"-¿Sabes? Bailar desnuda es más sencillo de lo que imaginé- digo de forma espontánea mientras el ritmo de la música decrece y Erik me rodea con los brazos para iniciar el baile.
-¿Desnuda?- me pregunta en voz baja al oído.
-Bueno- no puedo creer que haya dicho eso en voz alta-, es que con este vestido me siento desnunda- dos veces.
-Lo pareces- admite-. Para ser sincero, me encanta ese vestido.”

Y como en cualquier libro juvenil que se precie, tenemos nuestro triángulo amoroso. (¿Cómo no?) Donde la protagonista tendrá que decidir entre dos chicos, que no tienen nada que envidiarse el uno al otro.

Por un lado está Erik, rubio, sarcástico y con unos preciosos ojos azules, él es el ayudante de Maela, una de las tejedoras que le intentará hacer la vida imposible a Ad.

Debo decir que ninguno de los dos chicos de este libro me ha enamorado, pero si me tengo que decantar por uno de los dos, es por Erik. En todo momento tenía un comentario gracioso que hacer, e incluso en los momentos más tensos conseguía sacar a Adelice una sonrisa.

“-¿Cuál es exactamente el orden del día para esta noche?- pregunto a Erik cuando me reúno con él en la puerta.
-Bueno, te has puesto guapa para algo- responde. Tengo que aguantar la risa.
-¿Este tipo de comentarios funcionan con las otras chicas?- pregunto sin ocultar que me estoy divirtiendo.
-Claro- responde con una amplia sonrisa- ¿Cómo eres tan inmune a mis encantos?
-Años de segregación- contesto, permitiéndome una suave risa.
-Eso normalmente juega a mi favor- admite en un susurro.”

Y en la otra punta del triángulo está Josh, él es todo lo contrario que Erik, callado y misterioso, poco a poco la autora nos irá ofreciendo retazos de su pasado, que nos dejarán entrever que le pasó este chico, y porque acabó en el Conventri, trabajando de mayordomo.

Creo que la autora podría haber desarrollado más a este chico, ya que me ha dado la sensación de que había algunos cabos sobre su vida pasada que ha dejado muy sueltos, a parte creo que si le hubiera llegado a conocer mejor, podría haberse ganado mi simpatía, pero en cambio para mí, se ha quedado en eso: el otro chico de la historia. Tiene algunos puntos muy bonitos, sí, y hay momentos que sueltas algún suspiro, pero no llega a más.

Sin duda Josh, es un personaje con mucho potencial, y de verdad espero que en la segunda parte, Gennifer profundice un poco más en él, en que piensa, en su personalidad (que en este libro se ha quedado en: “misteriosa”), que impulsa sus actos….

Aparte de estos tres, hay un montón de personajes secundarios, que toman bastante importancia a lo largo de la novela, como Cormac (el “jefe”), Maela (que hará la vida imposible a Adelice), Loricel (la maestra Crewel), Pryana (la “enemiga” de la protagonista), Amie (su hermana pequeña), Enora (su mentora)…

Otro punto que me gustaría destacar es la relación de amor que hay entre los tres protagonistas; me ha encantado como la ha llevado la autora. Pues es más bien un elemento secundario, y en ningún momento la novela gira en torno a ella, con lo cual tampoco nos encontraremos con uno de esos libros en los que la base de la historia es: “¿Me quedo con el chico1 o con el chico2?”, de los que ya estaba un poco harta. La escritora la sabe llevar bien, de forma pausada y sin amores instantáneos, ofreciéndonos escenas románticas, pero no empalagosas:

“-Y si descubren…
-¿Lo nuestro?- termina la frase en voz baja cuando me callo- Yo no soy importante-
-Sí lo eres- aseguro- No podrán controlarme
-Tienen a tu hermana.
-Pero no tienen mi corazón.
Y eso es todo. Lo máximo que nos hemos acercado a una conversación sobre lo que quiera que haya entre los dos.
-No puedo perderte- dice con voz suave.”

Al ser una distopia, como en la mayoría de ellas, se nos presenta una sociedad distinta a la nuestra. En “Las tejedoras de destinos”, la trama toma lugar en un mundo machista y oprimido por la Corporación. La materia prima de la que se crea todo son los hilos del tiempo, que algunas chicas tienen el especial don de poder manejar, para crear objetos y personas o…. para extraerlas por siempre del telar que es Arras.

Me ha parecido muy original, la idea en la que se basa el libro, que todos somos pequeñas hebras que formamos parte de un gran telar, aunque había veces que todo era un poco cruel, aun contando como es Arras.

Además me ha dado la sensación, de que todo el libro era una continua crítica contra la sociedad. Ya que de forma indirecta, expresa las veces que la sociedad, no nos deja decidir por nosotros mismos, y la corrupción que hay

ahí arriba, como el gobierno es una red de secretos y mentiras que nos intentan ocultar. Me ha gustado ese punto de protesta que hay oculto en las páginas.

El final, es totalmente inesperado, inventé decenas de ellos en mi mente, y aun así no acerté. Y como no, es muy abierto, ya que da pie a la continuación, que yo espero impaciente, en la que se nos promete un montón de acción y respuestas.

El único punto negativo que le he visto, es que a veces todo resultaba un poco lioso y, yo al menos, me perdía y tenía que releer un mismo fragmento repetidas veces para hacerme una idea de lo que había sucedido. Pero esto lo achaco a la complejidad de la realidad que se nos plantea, no al estilo de escritura de la autora, que en todo momento resulta sencillo, claro y conciso.

En resumen: Las tejedoras de destinos es un libro entretenido para pasar una tarde de verano y desconectar un poco de todo, sumergiéndote en una historia juvenil con una protagonista genial. Una buena lectura para las vacaciones.

LO MEJOR: La protagonista y el final

LO PEOR: Que a veces resulta un poco lioso

UN MOMENTO:

“Aunque ya era consciente de la existencia de la tela de la vida tejida a nuestro alrededor, por primera vez distinguí las franjas doradas que se deslizaban a través de ella de forma horizontal, y cómo los hilos de colores se entretejían  con ellas para crear los objetos que me rodeaban. Mientras observaba todo, las franjas doradas de luz titilaron apenas y me di cuenta de que se movían muy despacio hacia delante, alejándose del instante que había frente a mí. No eran simples fibras del tapiz de Arras, sino líneas temporales. Tímidamente, alargué la mano hacia uno de los hilos dorados. Animada por su textura sedosa, lo agarré y tiré de él con fuerza, tratando de obligar a la franja del tiempo a retroceder hasta el momento en que la mamá pájaro estaba protegiendo a sus preciosas crías. Pero se resistió. No importaba lo que yo hiciera, ella continuaba su avance haca delante. No había vuelta a atrás. "

                                                                                                           
NOTA:  8'5
                                                *Agradecimientos a Alfaguara por el ejemplar.