NO HAY TREGUA EN EL AMOR CAP.5

-Entonces aterriza en la piscina… en pelotas.- suelta Kyillian.
-Ja, ja, ja!.- Ríe Cassie, de hecho casi se le saltan las lágrimas.
-Sí, la verdad es que fue buenísimo. El verdadero problema fue convencerle para salir. Estuvo más de tres horas allí metido y como sólo habían chicas…Al final le tuve que dejar una parte de abajo mía.-
Ambas chicas vuelven a estallar en carcajadas. Es la tercera anécdota que cuenta sobre Ian y a este no le hace demasiada gracia. Había entendido que su mejor amiga estuviera hablando en privado con Cassie, era bastante normal teniendo en cuenta que le había salvado la vida. Pero de ahí a pasarse todo el rato poniéndole verde había un trecho.
Pero seguro que lo hacía por venganza. Debería pedirle perdón. No soporta verle enfadada y menos por su culpa. Así que aguanta todos sus cachondeos, ya le pedirá perdón más tarde. No quería quedar como un debilucho delante de Cassie, ni delante de nadie. Esa faceta sólo se la mostraba a Kyillian.
-Por cierto, una duda, el juego ,ese del chocolate, ¿lo habéis sacado de “Canciones para Paula”?- pregunta Cassie.
-Sí. Es una modificación. Ian es un loco amante de la colección y de todos los libros en general.- contesta Kyillian.
-¡A mí también me encanta leer!-dice Cassie con la cara iluminada.
Tras el último comentario Ian verifica el enfado de Kyllian. Delante del resto del mundo odia la lectura, le parece una pérdida de tiempo. Pero sólo es una pieza más de esa gran máscara con la que se ha acostumbrado a vivir.
Kyllian está enfadada de verdad. Se debe apresurar a pedirle perdón.    
-Cassie, mejor vamos a dar una vuelta, debería pedirte consejo en una cosa.-dice Kyllian de repente.
-Vale.-acepta encogiéndose de hombros.
-Sí, yo también debería irme, he quedado con unos amigos y eso….-dice Ian apresuradamente. Kyllian le lanza una mirada amenazadora que conociéndola querrá decir “no te metas en líos”. A modo de respuesta se acerca y le besa en la mejilla “¿qué? Los amigos pueden hacer eso ¿no?”.
Mientras se aleja de la casa le da vueltas a ese “asunto” del que las chicas tenían que hablar.
¿Y si él también le gusta Kyillian? ¿Y si es el motivo por el cual no es a él a quien recurre?
De todas maneras es demasiado tarde para él. Si sus suposiciones son ciertas es un tremendo idiota. Es demasiado tarde para una oportunidad.
En realidad no había quedado con esos amigos sino con Juliette. En unas horas todo el instituto lo sabrá y sus posibles oportunidades desaparecerán por completo…
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Cassie y Kyllian pasean por las calles ya están dejando atrás la 7th AVENUE y Kyllian aún no le había dicho eso tan importante. Al principio Cassie no estaba muy dispuesta a separarse de ese tal Ian, reconoce que pensaba en él. Pero con solo mirar un segundo a su amiga ya le había convencido. Si le había sacado de allí para decirle algo tenía que ser verdaderamente importante.
Por fin Kyllian se para frente a un pequeño banco naranja rodeado por algunos árboles  y matorrales en el que ambas se sientan.
-Yo… necesito pedirte consejo sobre algo.- Empieza lentamente.
-Venga, suéltalo.
-Es que… no sé cómo decirle a Ian que yo…
Puede que la chica siguiera hablando, tal vez se hubiera confesado o tal vez hubiera decidido que una ex-desconocida no era la persona adecuada para contarle sus problemas. Cassie nunca lo sabrá. Cuando Kyllian empezó a hablar se giró y pasando delante de ella estaba un chico guapo, alto y rubio. Sus miradas se cruzaron y Cassie se dio cuenta de que sus ojos eran de un azul intenso como ¿los de su sueño? No cabe decir que había echado a correr y que ahora mismo sigue corriendo. Corriendo detrás de aquel chico que se ha colado en sus sueños.
Una centésima parte de su cabeza piensa en Kyllian, en que no ha oído lo que le tenía que decir y que por si fuera poco la había dejado tirada en medio de la nada. Pero el resto de su cerebro solo piensa en el chico guapo que tiene delante. Por eso no se da cuenta hasta el último momento de que un coche que toca el claxon se dirige hacia ella demasiado rápido.
Había oído decir que cuando vas a morir ves pasar toda tu vida por delante, pero ella solo ve al coche acercarse a una velocidad de vértigo y cómo unos brazos la agarran firmemente y la apartan de la trayectoria del coche.
Antes de que se diera cuenta estaba en el suelo, encima de ella el chico de los enormes ojos azules.   


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