Ojos clavados en el fuego que crece de la chimea alimentado por la leña
previamente colocada. Parece mentira que todo se haya producido por una
simple chispa. Una chispa que ahora es un enorme castillo de fuego.
Miles de formas aparecen y desaparecen, suben y bajan, crecen y se hacen
pequeñas, todo al mismo tiempo, todo por una chispa. Llamas rojas
lanzan partes de ellas mismas que salen de la hoguera y se dan de bruces
con el oxígeno que hace que desaparezcan de nuevo. Por un momento toda
la chimenea se vuelve de un color rojo vivo e intenso y el calor llega a
mi provocando un escalofrío que me recorre de arriba a bajo. Pero solo
ha durado un segundo, por un segundo he podido presenciar algo bello,
hermoso, efímero como todas las maravillas, la viva imagen del infierno
tal y como nos lo han descrito.
Ahora todo se ha reducido a unos destellos rojos que luchan por volver a
ser lo que antes eran. Se esfuerzan por subir pero se dan tumbos con la
realidad y siguen sin superar el centimetro de altura. La luz que antes
brillaba con fuerza se está apagando del todo. Parece que el fuego me
suplique que vuelva a echar leña para alcanzar de nuevo la grandiosidad
por un instante.
by con.a.de.ada
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